Los judíos acostumbran a no comer carne junto con pescado, porque había una postura médica según la cual ingerirlos conjuntamente podía causar la lepra y el mal aliento (halitosis) (Tratado de Pesajim 76(B), Shulján Aruj 116:2). Sin embargo, de acuerdo con lo dicho por muchos sabios medievales, ello no está prohibido, y del Rambám surge de manera explícita que se puede comer un pescado que fue asado junto con la carne (Hiljot Maajalot Asurot 9:23). Las autoridades halájicas explicaron que, en virtud de sus estudios médicos y su experiencia como galeno, llegó a la conclusión de que no era peligroso, y por ende, no hay prohibición de ingerir carne con pescado. No obstante, la mayoría de los sabios de las últimas generaciones (ajaronim) temieron que comerlos juntos podría resultar peligroso, y si bien los médicos de su tiempo no advirtieron que no se comiese carne junto con pescado, por otra parte, tampoco podían comprometerse a que hacerlo no reportase riesgo alguno.
Esto es así, ya que la opinión médica se basó en las especulaciones, la tradición y la experiencia personal, y por ende, la actitud hacia la postura médica era que se la debía tomar en cuenta, pero no aceptarla como segura. Por ende, no podían confiar en los doctores en medicina y dejar sin efecto el temor a que la ingesta de carne con pescado pudiera resultar riesgosa. Por ello, solamente en caso de duda, los sabios de las últimas generaciones recurrieron a la opinión del Rambám para adoptar una actitud más flexible (Jatam Sofer Yoré Deá 101, Divrei Malquiel 2:53).
Sin embargo, en la actualidad, la ciencia médica se basa en investigaciones sistemáticas que son evaluadas y revisadas en diferentes lugares del mundo con intercambio de información entre todos los centros de estudio y sanidad, las posturas médicas son consideradas como más sólidas que en el pasado. Por lo tanto, dado que es aceptado por todos los médicos de la actualidad que comer carne con pescado no es riesgoso, y esa era también la opinión de algunas de las autoridades halájicas, y ello no reporta riesgo, por lo que no hay prohibición alguna. Y no cabe argumentar que ello viene a dejar sin efecto las palabras de nuestros sabios, porque en las cuestiones médicas los sabios carecían de una postura halájica a priori, sino que para cumplir con el precepto de cuidar la salud indicaron al público que se condujera de acuerdo con las instrucciones médicas aceptadas en sus días. Y en la actualidad, a los médicos les resulta claro que ingerir carne con pescado no es peligroso, no está prohibido hacerlo.
Sin embargo, dado que por generaciones los judíos acostumbraron a no comer carne junto con pescado, al punto de que la separación entre estos es una de las señales características de la cocina judía y de sus costumbres, la práctica aceptada es de no cocinar carne con pescado y no servir carne con pescado en un mismo plato. Y cuando se desea comer una porción de pescado y una de carne, se prepara un tenedor, un cuchillo y un plato separado para cada una de las porciones. En caso de necesidad, se los limpia con una servilleta o con pan antes de comer el segundo alimento, o se limpian el tenedor y el cuchillo por medio del uso de la boca para que no se mezclen los restos de uno alimento con el otro. En caso de que quedare en los dedos salsa de un tipo, se los lavará o se los limpiará con una servilleta. Asimismo, se beberá algo entre las dos ingestiones (Shulján Aruj y Ramá 116:3, Pri Toar 4).