Pninei Halajá

03 – Cernir la harina y amasar (Lash)

Tamizar es la labor de cernir la harina (Merraked). Una vez terminada la molienda, suelen quedar en la harina partículas grandes originadas en la cáscara del grano de trigo que reciben el nombre de salvado. Para separar la harina del salvado se la cierne por medio de un tamiz de modo tal que el salvado quede arriba mientras que la harina descienda a través del filtro. Al igual que todas las labores que se suelen realizar para un tiempo prolongado, esta acción queda también prohibida en Yom Tov.

Sin embargo, cuando la harina ya fue cernida y se desea repetir el procedimiento para mejorarla previo al amasado, o para extraer de esta una astilla o cualquier residuo que pudiese haber caído en esta – esto no se prohíbe. Empero, a los efectos de que resulte claro que se trata de un cernido destinado a preparar alimentos para el día, nuestros sabios determinaron que se realice de un modo diferente al habitual, de modo tal que, si se suele cernir sobre un bowl, se deberá cernir sobre la mesa o bien que se use el cernidor al revés (ídem Beitzá 29(B), Shulján Aruj 506:2). Asimismo, esta es la norma a aplicar con harina que compramos en paquetes, la cual por estar ya bien cernida se la puede volver a cernir en Yom Tov de un modo levemente diferente al habitual, para revisarla de gusanos o para mejorarla.

La labor de amasar para comer en el día está permitida en Yom Tov. Por lo tanto, se puede amasar para hornear panes y pasteles. Asimismo, se permite preparar puré mezclando agua con polvo de papa deshidratada. Empero, está prohibido amasar para preparar alimentos para días de la semana, para gentiles o para animales. Por supuesto que está prohibido amasar agua con arcilla para elaborar ladrillos (la labor de amasar está explicada en Pninei Halajá Shabat 12:3-7).

Si la masa es de un volumen que requiere la separación de la «jalá», esta debe ser separada al concluir el amasado. Si bien los sabios prohibieron separar diezmos, ofrendas y jalá en Shabat y en Yom Tov – porque el hacerlo se asemeja a quien ‘arregla’ o ‘acondiciona’ las frutas (Mipné shehamafrish nirá kemetakén et haperot) ya que de no mediar la separación ni los frutos ni los artículos panificados resultan aptos para su ingestión. De todas maneras, cuando la masa es amasada en Yom Tov se puede separar de ésta jalá. Esto obedece a que el deber de la separación recae en Yom Tov y no es posible realizarlo el día anterior y de no mediar la separación el artículo panificado no puede ser ingerido, por lo que resulta que el permiso de hornear panificaciones para la comida festiva incluye ya el permiso de separación de jalá (ídem Beitzá 37(A), Shulján Aruj 506:3).

En tiempos en los cuales los cohanim estaban puros, se les traía la jalá en Yom Tov para que la coman. Empero, en la actualidad los cohanim están impuros y no pueden ingerir la jalá, por lo que en días de la semana muchos acostumbran quemar la parte correspondiente para no equivocarse y terminar ingiriéndola. Sin embargo, en Yom Tov está prohibido quemar la jalá porque esta acción no es necesaria para poder comer en la festividad. Entonces, lo correcto es envolverla y colocarla en el bote de la basura. Si en este bote hay cosas malolientes, a los efectos de preservar el respeto por la jalá se la debe envolver con una doble envoltura antes de colocarla allí. Tras la separación, la jalá se torna muktzé, empero mientras se mantenga en las manos de quien la separó este podrá envolverla y llevarla al sitio donde desea depositarla (Shulján Aruj 506:4, Mishná Berurá 29).

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