HaShem creó las diferentes especies que pueblan el mundo y en algunos casos nos ordenó que no las mezclemos, tal como fue dicho (Vaikrá-Levítico 19:19): «Mis leyes habréis de observar. Tus animales no cruzarás en yuntas de distintas especies, tu campo no habrás de sembrar con mezcla de semillas, y ropa de fibra mezclada -shaatnez- no portarás sobre tu cuerpo». Y fue dicho (Devarim-Deuteronomio 22:9-11): «No habrás de sembrar tu viñedo con mezcla de semillas no sea que quede prohibida la primicia de la semilla que hubieres sembrado y el fruto del viñedo. No ararás con buey y con asno juntos. No habrás de vestir shaatnez, que es lana y lino juntos». Esta prohibición recibe el nombre general de kilaim que en hebreo significa ‘mezclas’. O sea, si bien se trata de especies que cada una de ellas por separado es apta o kasher, está prohibido mezclarlas. Por ello, la prohibición de cocinar carne con leche está incluida en la categoría de kilaim.
Existen siete mezclas prohibidas: 1) Las cruzas de animales (kilei behemá), esto es, provocar el apareamiento o la inseminación de dos especies diferentes de animales. 2) No cruzar ni hacer trabajar conjuntamente a dos especies de animales. 3) La hibridación de árboles (kilei ilanot), esto es, la prohibición de injertar una especie en otra. 4) La mezcla de semillas (kilei zeraím), esto es, no sembrar conjuntamente con dos especies diferentes de semillas. 5) La hibridación de viñas (kilei hakerem), esto es, no sembrar cereales o verduras junto a las viñas. 6) La mezcla de vestimentas, esto es, no vestir prendas en las que estén mezclados la lana y el lino. 7) Carne con leche.
La prohibición de efectuar mezclas (kilaim) recae sobre especies vegetales y animales. En algunos casos se prohíbe solamente la mezcla, pero a posteriori, el producto resultante es apto para su ingestión y para su disfrute o la obtención de beneficio, como en el caso de la mezcla de semillas, la hibridación de árboles y la mezcla de animales tanto para su cruza como para la realización de labores. Por su parte, hay casos en los que se prohíbe la mezcla en sí y se prohíbe también el disfrute o la obtención de beneficio a partir del producto resultante, como es el caso de la hibridación de viñas y la cocción de carne con leche. En el caso de la prohibición de la mezcla de vestimentas (shaatnez), esta aplica únicamente a su uso, pero no se prohíbe su elaboración para el uso de gentiles o para cualquier otro fin que no sea vestirlas.
En el caso de los preceptos relativos al suelo como la mezcla de semillas o la hibridación de viñas, según la Torá estos rigen únicamente en la tierra de Israel de acuerdo con los límites establecidos por los libertos que llegaron de Egipto con Yehoshúa, al tiempo que aquellos que no están vinculados al suelo como lo son la mezcla de vestimentas, la ingestión de carne con leche y la cruza de animales – tienen vigencia también en el extranjero.
En el caso de la hibridación de árboles, esto es, la mezcla de dos especies por la vía del injerto – se prohíbe también en el extranjero, ya que la acción prohibida se realiza encima de la tierra y no en ella propiamente dicho (adelante halajá 5). Dado que la hibridación de viñas es grave, prohibiéndose tanto la ingestión como el disfrute del producto resultante, nuestros sabios decretaron extender esta prohibición al extranjero (adelante 4:4).
Si bien no alcanzamos a comprender el significado de los preceptos en toda su profundidad, dado que son de origen Divino y su raíz o fuente se encuentran más allá de la capacidad intelectual del hombre, existen preceptos cuyo significado entendemos un poco mejor y son los denominados ‘estatutos’ (mishpatim), al tiempo que hay otros cuyo significado comprendemos en menor medida y son denominados ‘leyes’ (jukim).
El precepto de kilaim pertenece a la familia de las leyes (jukim), tal como se ha dicho a su respecto (Vaikrá-Levítico 19:19) «Mis leyes habréis de observar». Rashí explica que se trata de decretos del Rey que no traen una explicación de su sentido. Puede decirse que estas leyes son las características especiales o particulares que HaShem adjudicó a todas las creaturas, y aluden tanto a la singularidad como a la misión de cada una de estas. La ley Divina, cuyo sentido no logramos descifrar, es la comprensión del significado y la misión especial de cada una de las especies que HaShem creó. Se nos advirtió que no mezclemos las especies para preservar el sitial particular y honorable de cada una de estas, para no desdibujar su singularidad por medio de su cruza o su mezcla con otras (Rambán y Maharal allí, Sefer HaJinuj 244). Asimismo, dijeron nuestros sabios que (Tratado de Kidushín 39(A)) respecto del mandato «Mis leyes habréis de observar – las leyes que ya he legislado para ti (en la naturaleza de la Creación) – debes ahora cuidarlas».
Otra interpretación del vocablo ‘kilaim’ es ‘prisión’, ‘kele’, ya que la mezcla encierra las características de la especie al no poder actuar apropiadamente en virtud de la mezcla (Zohar III 86a, Rabenu Bejaié). Cabe prestar atención al hecho de que en la hibridación de las semillas y en la de las viñas se prohíbe que las especies crezcan en contigüidad una de la otra, a pesar de que en sí no se mezclan, y esta prohibición rige únicamente en la tierra de Israel, pues es esta tierra sagrada que se revela con mayor intensidad la cuestión de la Divinidad y Su Unicidad, por lo que justamente allí debe preservarse el sitio especial y digno de cada especie.