11- Diezmo del pobre (ma’aser aní)

En el tercer y sexto año del ciclo sabático es preceptivo entregar el diezmo del pobre en vez del segundo diezmo, tal como fue dicho (Devarim-Deuteronomio 14:28-29): «Al término de tres años habrás de sacar todo el diezmo de tu cosecha, en aquel año y lo dejarás en tus ciudades. Y se allegará el leví, ya que no tiene parte ni heredad contigo, y el prosélito y el huérfano y la viuda que están en tus ciudades y comerán y se saciarán, ya que habrá de bendecirte HaShem tu D’s en toda la obra de tu mano que emprendieres» (y de igual manera fue dicho en ídem 26:12). Por lo tanto, el ciclo del segundo diezmo consta de tres años, en los dos primeros se separa ‘segundo diezmo’ y en el tercero se separa diezmo del pobre. Este último carece de santidad por lo que su beneficiario puede ingerirlo allí donde deseare y también puede venderlo.

El sitio de reparto de los diezmos tras la conclusión de la cosecha de los frutos es en el campo (arriba halajá 5). Es preceptivo dar a cada persona pobre lo suficiente para que se satisfaga, esto es, el equivalente en alimentos de dos comidas que acostumbrase a ingerir a diario, tal como fue dicho: «y comerán y se saciarán».

A una persona casada se le entrega lo suficiente para que se satisfagan también su esposa y sus hijos pequeños. Cuando el diezmo es insuficiente para satisfacer a cada una de las personas pobres, se lo coloca delante de estas y se permite que se lo repartan entre sí. En caso de que el propietario de la parcela entregase a cada una de las personas necesitadas que llegaron al campo lo suficiente para que quedasen satisfechas y sobrasen aun frutos del diezmo, podrá entregar más a cada uno de los demandantes hasta acabarlo, o podrá también guardarlo para sus parientes pobres a condición de que no les reserve más que la mitad del total del diezmo (Mishná Tratado de Peá 8:5 y Talmud Jerosolimitano ídem). En caso de que no se hubiesen acercado personas pobres al campo, el dueño quedará en su derecho de entregar el diezmo a una persona necesitada de su elección. En caso de que tuviese parientes pobres, podrá otorgarles la totalidad del diezmo (Tratado de Nedarim 84(B), Rambám Hiljot Matanot La’aniím 6:7-13).

Aparentemente, surge el interrogante de por qué la Torá estableció que se separase en los años 1,2,4 y 5 el ‘segundo diezmo’ y en los años 3 y 6 el ‘diezmo para el pobre’, ya que si lo que procura es promover la peregrinación a Jerusalém y ayudar a los menesterosos, ¿por qué no ordenó separar año tras año dos tercios del total para la peregrinación y un tercio para los necesitados? Si las personas pobres precisan una ayuda extra, ¿por qué otorgársela únicamente durante dos de los siete años del ciclo sabático?

Tal como parece, la intención de la Torá es que las personas necesitadas obtengan su sustento básico por medio de los obsequios de leket, shijejá y peá amén de la tzedaká adicional en caso de ser necesario, al tiempo que el ‘diezmo para el pobre’ está destinado a brindarles dos años buenos en los cuales puedan gozar de bienestar en amplitud. Además, es de esperar que en la medida en que esté a su alcance, el bienestar de estos años especiales impulse a los pobres o a sus hijos a salir del círculo de la pobreza y lograr la prosperidad y la independencia económica. Pero en caso de que recibiesen todos los años una cantidad media de ayuda, se acostumbrarían a contentarse con ella sin que les provocase una especial alegría y sin que durante los años de carestía surgiese en su fuero interior el deseo de cambiar su condición.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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