05- El orden práctico de la separación de la jalá

Es preceptivo separar jalá de una masa elaborada con harina de uno de los cinco cereales que esté destinada a ser horneada (ver adelante halajá 8) y posea una cantidad de la cual se pueda preparar alimento suficiente para un día, esto es, que el volumen de la harina equivalga al menos al de 43.2 huevos, que son unos 2.160 litros (ver adelante halajá 6).

El precepto aplica sobre hombres y mujeres por igual, pero si el hombre y la mujer amasan conjuntamente, esta última tendrá mayor derecho a efectuar el precepto por ser más responsable que el hombre en las cuestiones domésticas (ver Or Zarúa final del inciso pequeño 225, Rashí al Tratado de Shabat 32(A)).

Quien separe la jalá de la harina no habrá cumplido con el precepto pues este recae solamente una vez que fue mezclada con agua, solamente entonces puede ser separada, y el mejor momento para hacerlo es al finalizar el amasado (Shulján Aruj 327:3).

Previo al cumplimiento del precepto se recita la siguiente bendición: «Baruj Atá Ad-onai Eloh-einu Melej Haolam Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu Lehafrish Jalá» (Bendito eres Tú HaShem nuestro D’s, Rey del universo, que nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó separar la jalá, recitado por los provenientes del Yemen y parte de los ashkenazíes), o «Lehafrish Jalá Terumá» (comunidades sefaradíes – edot hamizraj) o «Lehafrish Jalá Min Haisá» (separar la jalá de la masa) (según la usanza de la mayoría de los judíos provenientes de Ashkenaz y del Norte de África).

Tras el recitado de la bendición se separa un pequeño trozo, y hay quienes dicen: «Harei Zó Jalá» (‘esta es la jalá’) al momento de la separación. Dado que está prohibido ingerirla, es preciso quemarla para que nadie la ingiera por error. Asimismo, es posible colocarla en el tacho o bote de basura, y para no denigrarla, es correcto envolverla, primeramente. Y así es como muchos proceden (ver arriba 9:5 y 8).

En caso de haber olvidado separar la jalá de la masa, se lo hará con posterioridad al horneado, y de esa manera, se habilitará al producto para su consumo. Quien dudase si se separó o no jalá del artículo panificado que le es servido, que separe por sí mismo una migaja pequeña y la coloque en un sitio en el cual no tema que alguien pudiera ingerirla.

A partir del momento en que los varones y las mujeres alcanzan la edad del cumplimiento de los preceptos, pueden observar este mandamiento.

Una persona puede nombrar a un judío como su representante o enviado a los efectos de que separe jalá de su masa en su nombre, y entonces, el enviado en cuestión lo hará recitando la bendición correspondiente. Se puede también nombrar al cocinero como representante permanente a los efectos de que separe la jalá de todas las masas que prepare a lo largo de todos sus años de trabajo. Sin embargo, quien separare jalá en contradicción con el deseo del dueño de la masa, su separación no tendrá validez (Shulján Aruj 328:3).

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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