03- El precepto de ingerir carne en Shabat y en las comidas de mitzvá

Es preceptivo ingerir carne en Shabatot y festividades, ya que es mandato de la Torá el deleitarse en el día sagrado y alegrarse en el festivo, y la mayoría de las personas se deleitan y regocijan por medio de la ingesta de carne (Shulján Aruj Oraj Jaím 250:2, Mishná Berurá 242:1, Pninei Halajá Shabat 7:2, Mo’adim 1:9). En tiempos en los que el Templo de Jerusalém estaba en pie, era incluso preceptivo comer la carne proveniente de los sacrificios.

Aparentemente, cabe preguntarse ¿cómo es posible que la ingestión de carne que según el ideal inicial estaba prohibida se transformó en precepto? La respuesta es sencilla: dado que nuestra situación moral cambió, en la práctica, comer carne en la actualidad no conlleva problema ético alguno, y dado que es preceptivo alegrarnos en Shabat y en los días festivos, y dado que su ingesta alegra, por ende, resulta preceptivo consumirla.

Los sabios de la Cabalá explicaron además que en nuestra actual situación comer carne resulta valioso, ya que a raíz del pecado el mundo entero descendió de nivel. Tanto el mundo mineral como el vegetal, el animal y el parlante cayeron de nivel y se entremezcló en ellos el mal. Cuando los hijos de Israel comen carne de animales según las reglas de la kashrut y con la intención de fortalecerse en el servicio a D’s, el aspecto negativo de la carne se separa del bueno, quedando como desperdicio, al tiempo que el aspecto positivo se eleva, es absorbido por el cuerpo y da al comensal bríos para realizar buenas acciones. Este es el orden de la reparación: el reino vegetal se nutre del reino mineral y de ese modo eleva el bien de este último al suyo propio. Cuando el animal se nutre de un vegetal, eleva el bien de la planta a su propio nivel. Y cuando el hombre come del reino animal, se conduce éticamente y se apega a HaShem, la carne ingerida se eleva al nivel humano. De este modo, por medio de esta escalera alimentaria se devuelve al mundo entero a su nivel original (Sha’ar Hamitzvot del Arízal a Parashat Ekev).

Esta reparación de la carne tiene lugar de manera muy especial durante las comidas sabáticas y festivas, en las comidas de mitzvá, por ejemplo, por la celebración de un casamiento o de un Brit Milá. Entonces, la carne se transforma en partícipe de la alegría preceptiva y ayuda a su concreción. Sin embargo, en las comidas opcionales (reshut), dijeron los sabios cabalistas que la reparación no siempre se lleva a cabo, ya que, tras la ingesta, el individuo no siempre se comporta adecuadamente, resultando que la carne ingerida no participa de ninguna corrección o elevación. Por ello, hay personas piadosas que se abstienen de comer carne en comidas no preceptivas (se’udot reshut) por temor a no poder elevar la carne como es debido.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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