06- El cuchillo

La faena ritual debe llevarse a cabo por medio de un cuchillo. Por la base de la halajá se permite faenar con todo objeto independiente tal como un trozo de pedernal, vidrio o madera, a condición de que sea filoso, liso y sin defecto alguno (Tratado de Julín 15:2, Shulján Aruj 6:1-2). Sin embargo, se acostumbra a faenar con un cuchillo de metal, ya que se trata de un material más duro y apropiado para ser afilado.

Si el cuchillo tuviese algún defecto la faena resultará inhabilitada, ya que, en el sitio de la deficiencia este desgarra las señales (tráquea y esófago) en vez de cortarlas. Esto es así a condición de que el defecto sea detectable (ogueret), esto es, que si se pasa sobre el filo un hilo capilar este se atascará en el sitio del defecto (Tratado de Julín 17(B), Shulján Aruj 18:2).

Por lo tanto, antes de faenar, es preciso revisar el cuchillo en sus tres lados. Así es como se revisa: se pasa la uña con cuidado por sobre todo el largo del lado derecho del filo, de ida y de vuelta, luego se hace lo mismo del lado izquierdo, y luego sobre el filo mismo, de ida y vuelta. En caso de haberse detectado algún defecto, se vuelve a afilar el cuchillo para que esté liso. Antiguamente se revisaban los tres lados del cuchillo también sobre el cuerpo del dedo, pero en las últimas generaciones, a raíz del desarrollo de la industria metalúrgica se producen cuchillos más filosos y su revisación sobre la carne humana puede conducir a un corte o al cercenamiento de un dedo, por lo que los matarifes y los supervisores se contentan con la revisación sobre el borde de la uña (Tratado de Julín 17:2, Shulján Aruj 18:9, Beit David 5).

Tras la faena es preciso volver a revisar el cuchillo, y si se encontrase en él algún defecto, el animal faenado quedará prohibido ya que se teme que el cuchillo se haya dañado por causa de la fricción sobre el cuero del animal, por lo que el corte sobre las señales se habría efectuado por medio de un cuchillo defectuoso. A los efectos de evitarlo, se quitan el barro y la arcilla del cuello del animal, y en caso de que posean un grueso pelambre – se lo rapa (Shulján Aruj 18:12).

Quien faena muchos animales debe revisar su cuchillo entre shejitá y shejitá, ya que si lo hace solamente al final de la shejitá y encuentra un defecto – todos los animales faenados desde la última revisación resultarán prohibidos. Sin embargo, en la faena industrial de pollos no se revisa el cuchillo antes de cada faena, sino que se efectúa la shejitá de continuo con muchas aves y recién después se lo revisa. En caso de encontrarse algún defecto, todos los pollos faenados desde la última revisión entrarán en la categoría de trefá. Se procede de esta manera ya que la pérdida provocada por la demora en la faena a causa de la revisación de los cuchillos es mayor que la que podría ocasionarse si de vez en cuando se encontrase algún cuchillo defectuoso que inhabilitase a las aves faenadas (Shulján Aruj y Ramá 18:11, ver Beit David, Yesod HaBait 18:6,3). Cabe destacar que, a raíz del desarrollo de la industria metalúrgica, en la actualidad se producen cuchillos con metal de muy alta calidad y muy rara vez se encuentra algún tipo de defecto que los inhabilite.

Índice de halajot en el capítulo

Índice de capítulos

Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
Ordenar ahora