16 – Preguntas respecto de pollos que se venden con supervisión

A veces, quien compra un pollo con sello de kashrut encuentra en uno de sus huesos una de las fracturas que lo inhabilita. Sin embargo, dado que muchas de las fracturas son causadas con posterioridad a la faena, mientras los pollos son desplumados o a raíz de una caída, las roturas no son problemáticas. No obstante, en casos muy esporádicos percibimos que el sitio que se encuentra alrededor de la fractura tiene un color intensamente negro o rojo por efecto de la abundante sangre que allí se acumuló (nitzrar) y entonces, se teme que la fractura se hubiera producido mientras el pollo estaba aún con vida y quizás esto lo inhabilite. Por ello, de no mediar la consulta de un rabino que sea entendido en esta materia, no se debe autorizar un pollo de este tipo.

Quien compra un pollo que fue salado y kasherizado y le encuentra un sitio en el cual la sangre se encuentra acumulada, es preciso cortarlo y tirarlo (adelante 22:4). En caso de haber duda respecto de la veracidad de la acumulación de sangre, o si se trata únicamente de un color rojo que quedó con posterioridad al salado, no será preciso cortar el sitio en cuestión.

En caso de que la acumulación de sangre sea real, si la persona se equivocó y no cortó la parte en cuestión y cocinó el pollo –este será apto (kasher). Ello obedece a que no se tiene la certeza de si la acumulación de sangre se produjo con anterioridad a la kasherización del pollo –ante lo cual su consumo estaría prohibido- o si el sangrado tuvo lugar después de la kasherización por lo que no habría prohibición alguna. Dado que la sangre cocida está prohibida por prescripción rabínica (adelante 22:4:4), en caso de duda corresponde adoptar la actitud flexible.

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Conjunto de libros Peninei Halajá en español /11 volúmenes
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