Pninei Halajá

05. El rezo de quienes están de luto.

Quien se encuentra de luto por el fallecimiento de uno de sus padres debe recitar «Kadish» durante el primer año. Esto implica un gran beneficio para el alma del difunto al salvarlo del rigor del «Guehinom» (infierno) ya que su hijo que le sobrevive santifica el Nombre Divino  al recitar el «Kadish» y esto aumenta los méritos del fallecido. Se debe también recitar «Kadish» tras el fallecimiento de padres que eran grandes justos y también por los mártires que murieron consagrando el Nombre Divino, ya que si bien les está asegurado el disponer de un sitial en el mundo venidero, de todas maneras sus almas alcanzan a sentir un especial bienestar así como un ascenso peculiar con la recitación del «Kadish» por parte de sus hijos. Es claro que se debe también recitar «Kadish» tras el fallecimiento de padres malvados ya que estos lo necesitan en gran manera, por cuanto que el recitado mitiga el rigor del «Guehinom«. Inclusive se recita «Kadish» tras el fallecimiento de quien se suicidó a pesar de que los sabios sostienen que no se debe guardar luto por éste y que no posee su lugar en el mundo venidero. De todas maneras el recitado de sus hijos es útil para reparar parcialmente su alma.

Si el hijo del difunto sabe oficiar el servicio, es bueno que lo haga durante los días de la semana, ya que esto resulta beneficioso para el fallecido. Si le resulta difícil, que trate de oficiar desde el «Ashrei» posterior al «Tajanún» hasta el final del servicio. Es especialmente bueno oficiar en el servicio de «Arvit» ya que en ese momento se intensifican los rigores del «Guehinom» y especialmente al salir el Shabat que es cuando las almas regresan a éste. Es importante destacar que según la tradición ashkenazí, en los sábados y días de fiesta las personas que están de luto recitan «Kadish» mas no ofician (Ramá Ioré Deá 376:4). Incluso en Rosh Jodesh y en Janucá se acostumbra a que los dolientes no oficien.

Todo lo anterior se aplica cuando el hijo es capaz de oficiar, empero si no sabe pronunciar adecuadamente las palabras o si su voz es rara, si estira o abrevia en demasía el rezo, es preferible que recite el «Kadish» mas no lleve adelante el rezo. En caso de que insista en oficiar contra la voluntad del público, en vez de consagrar el Nombre Divino lo profana y provoca pesar al difunto. Es importante que los dolientes sepan que con toda la trascendencia que encierra el oficiar y recitar «Kadish«, es más útil para la elevación del alma del difunto, que sus hijos abunden en estudio de Torá, den «Tzedaká» (caridad) y cumplan con los demás preceptos.

Hay comunidades en las que abundan las personas que no saben oficiar un servicio, y por lo tanto, se decretó en estas que en general los dolientes no oficien, empero en el servicio de «Arvit» corresponde no impedirles que lo hagan, sobre todo a aquellos que son capaces de hacerlo (Mishná Berurá 53:61).

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