Pninei Halajá

03- Con qué se enciende y en qué número.

El segundo capítulo del Tratado de Shabat presenta un amplio debate respecto de «¿con qué se enciende y con qué no?». La regla general indica que la mecha debe ser blanda y absorbente para atraer al aceite de modo fluido, al tiempo que este debe ser del tipo que fluye con facilidad hacia la mecha. De no ser así, la flama saltaría alrededor de la mecha, la luz se vería disminuida y se corre el riesgo que, instintivamente, alguien procure arreglar la vela y profane la prohibición de encender fuego en Shabat.

Nuestros sabios dijeron que de todos los aceites aptos (ksherim), es particularmente bueno encender con aceite de oliva pues fluye a las mechas con facilidad y su luz es clara y diáfana (Shulján Aruj 264:6). Hoy en día, la mayoría de las mujeres acostumbran a encender velas de parafina, pues su luz es más potente y estable.

De este debate talmúdico se pueden inferir enseñanzas respecto de cómo establecer armonía en el hogar. Así como la mecha necesita ser blanda y absorbente al tiempo que el aceite debe ser liviano y de fácil absorción, asimismo los cónyuges deben unirse en virtud de su humildad. Así como mediante el encendido del fuego en la parte superior de la mecha se irradia la luz común a la mecha y el aceite, de la misma manera ambos cónyuges deben unirse, desarrollarse e iluminar mediante el fuego de la fe y la luz de la Torá. Ante la ausencia de un objetivo espiritual, el amor se marchita como todo ente material que se degrada. Empero, cuando existe un objetivo espiritual común que da luz a sus vidas, el amor gradualmente se intensifica.

Desde el punto de vista estrictamente halájico alcanza con encender una sola vela, pues mediante esta se puede iluminar el hogar. La costumbre extendida es encender dos velas, una simbolizando el precepto de «Recordarás» -«Zajor»- y la otra recordando el precepto de «Cuidarás» –»Shamor»– . Hay quienes acostumbran a encender una vela suplementaria por cada miembro de la familia, otros encienden siete velas por los días de la semana y otros encienden diez velas por los diez mandamientos. Todas las costumbres se llevan a cabo cuando la mujer pasa el Shabat en su propia casa, empero, si se hospeda en lo de otra familia se acostumbra a que encienda solamente dos velas (Shmirat Shabat Kehiljatá 43:3).

En el pasado, cuando la casa se iluminaba con velas, agregar más de éstas era considerado una excelencia –»Hidur»- en el cumplimiento del precepto, pues por su intermedio la casa se veía mucho más luminosa. Empero, hoy día que se usa luz eléctrica, agregar velas no tiene el mismo sentido original y alcanza con encender solamente dos simbolizando los preceptos de «Recordarás» y «Cuidarás».

Se acostumbra a que una mujer que se olvidó de encender velas de Shabat se sancione a sí misma encendiendo una vela más cada sábado de ahí en más (Ramá 263:1). Todo esto a condición de que por efecto del olvido no hubo luz alguna en el hogar; empero, si hubo luz eléctrica aunque no haya sido encendida en honor al Shabat, dado que el deleite del Shabat no fue anulado, no debe encenderse una vela suplementaria de ahí en más (ver Darkei Moshé, Beur Halajá ששכחה, Yalkut Yosef 263 nota 42).

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