Pninei Halajá

07- El significado de la comida de «Melavé Malká«.

Nuestros sabios dijeron que al salir el Shabat es preceptivo preparar la mesa para la comida de «Melavé Malká«, para así honrar la retirada del  Shabat (Talmud Babilonio Tratado de Shabat 119(B)). Así como nos despedimos de un huésped querido que se retira, acompañándolo parte de su camino de retorno para poder así ganar unos minutos más de su compañía, de la misma manera despedimos al Shabat que si bien ya concluyó, seguimos deleitándonos de su santidad.

En Shabat recibimos una santidad extra en todos los ámbitos de la vida, tanto en lo espiritual como en lo material, en el rezo y en las comidas, procurando extender la luminosidad sabática a los días de la semana. El Arizal explica que mediante el recitado de «Vihí Noam» (Salmos 90:17-91:16) durante el servicio de Arvit del sábado por la noche, extendemos un aditivo de santidad sabática a los días de la semana y pedimos que la paz de Hashem se pose sobre nuestras acciones. Mediante la ingestión de la comida de «Melavé Malká» incorporamos la luz de santidad sabática en la alimentación de toda la semana.

Nuestra tradición nos enseña que tenemos en nuestro cuerpo un hueso llamado «luz«[1]. Este hueso no disfrutó de lo que comió Adam en el pecado primigenio, y por eso, si bien sobre Adam se decretó la muerte, ese hueso no se descompone y de este se levantará el difunto cuando resuciten los muertos. Ese hueso se alimenta únicamente de lo que se ingiere en la comida de «Melavé Malká» (Kaf HaJaím 300:1.2, Vaikrá Rabá 18:1)

Quienes cumplen este precepto con excelencia preparan un platillo especial para ser ingerido en la comida de «Melavé Malká«. El Talmud nos relata (Tratado de Shabat 119(B)) que en la casa de Rabí Abahu se acostumbraba a degollar un ternero cada sábado a la noche en honor a la comida de «Melavé Malká«, ocasión en la cual el dueño de casa comía un riñón del animal faenado. Cuando su hijo creció, le preguntó por qué degollaba cada sábado por la noche un ternero si sólo se comía el riñón y que era más práctico guardar para «Melavé Malká» uno del animal que ya fue faenado el viernes para Shabat. Se siguió su consejo y se guardó carne del animal faenado el viernes para la comida del sábado en la noche. Vino un león  y se devoró al ternero destinado para el sábado en la noche. Al final vieron que no ahorraron nada. Este relato fue incorporado al Talmud para enseñarnos que es bueno preparar un platillo especial para «Melavé Malká» y no conformarse con comer sobras de las comidas sabáticas.


[1]. [1]Este hueso ha sido identificado de diferentes formas: hay quienes sostienen que se trata de la sétima vértebra cervical; otros lo identifican con el coxis y otros con la vértebra que se encuentra a la altura del nudo del tefilín (n. de t.)

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