Pninei Halajá

11. La prohibición de recitar cuestiones de santidad frente a una desnudez.

Está prohibido recitar cuestiones de santidad frente a una desnudez, tal como está escrito (Deuteronomio 23:15): «…que tu campamento sea Santoy no se vea allí nada indecente, no sea que Él se aparte de ti». Cuando un hombre ve a otro hombre o una mujer a otra mujer, la prohibición de recitar cuestiones de santidad aplica sólo si su zona genital está descubierta.

Una mujer sentada sobre una silla o sobre el suelo, aunque se encuentre desnuda pero, sus partes púdicas están cubiertas, su amiga puede rezar o recitar cuestiones referidas a la santidad delante de ella. También la mujer desnuda en cuestión puede decir palabras referidas a la santidad (Mishná Berurá 75:8).

Desde el punto de vista de la cualidad del recato es impropio que una mujer esté sentada sin ropa (ver arriba 4:2), empero si es por alguna necesidad está permitido. En este caso ni ella ni la amiga que está en frente tienen prohibido recitar cuestiones referidas a la santidad.

En el caso de un hombre que ve a una mujer nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 24(B)) «un palmo descubierto en la mujer se considera desnudez». La intención de esta regla es que toda parte del cuerpo que las mujeres acostumbran a cubrir, está prohibido descubrirlo, y en caso que lo esté, estará prohibido recitar frente a esta mujer cuestiones de santidad (los detalles de esta regla están explicados en el Shulján Aruj  Oraj Jaím 75 y en Peninei Halajá Likutim III 6:3-6).

Si bien hay que educar a las niñas a vestirse recatadamente desde la edad en que se comienza a educar («guil jinuj»), la prohibición de recitar cuestiones de santidad frente a un palmo descubierto que debería estar cubierto comienza desde el momento en que la niña comienza a desarrollarse (Peninei Halajá ídem 6:7).

Otro tanto respecto de los cabellos. Nuestros sabios dijeron (Talmud Babilonio Tratado de Berajot 24(A)): «el cabello en la mujer es desnudez» en referencia a la mujer casada, que si no cubre su cabello no se debe recitar en su presencia cuestiones de santidad (los detalles de la cobertura del cabello se explican ídem 6:14-19).

Un hombre que necesita rezar, recitar bendiciones o estudiar Torá y frente a él está una mujer que revela un palmo de los sitios que deben estar cubiertos, a priori habrá de girar su cuerpo hacia otra dirección, de modo tal que no quede frente a ella y así no verla. Si no puede girar, habrá de mirar en dirección de su Sidur o cerrará los ojos y así recitará las cuestiones de santidad (Shulján Aruj 75:6, Mishná Berurá 75 incisos 1 y 29).

 

Respecto de cubrir el cabello, escribieron varios de los sabios de las últimas generaciones (ajaronim) que dado que, lamentablemente, hoy en día muchas mujeres no cubren sus cabezas,  el cabello descubierto no genera pensamientos indebidos y por lo tanto, a posteriori,  se puede recitar frente a éste cuestiones de santidad. Todo esto se refiere al cabello cuya normativa es la menos rígida de todas las partes que deben estar cubiertas ya que vemos que las solteras no están obligadas a cubrirlo, empero respecto de otras partes que deben estar cubiertas también en el caso de las solteras no hay lugar para flexibilizar según la lógica del caso anterior y el hombre deberá cerrar los ojos o mirar en su Sidur (Aruj Hashulján 75:7, Ben Ish Jai Bó 12, Igrot Moshé I 44, ver Peninei Halajá ídem 16-17).

No se deben recitar cuestiones de santidad frente a una mujer que canta (Shulján Aruj 75:3). Escuchar a una cantante mujer en la radio, según la opinión de algunos sabios de las últimas generaciones, a posteriori, no es un impedimento  para recitar cuestiones de santidad (ver Peninei Halajá ídem.6:11).

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