Pninei Halajá

19 – La prohibición del lavado de ropa.

Nuestros sabios prohibieron lavar ropa en la semana del 9 de Av (Tratado de Ta´anit 26(2)). Se trata ésta de una de las expresiones tangibles del luto, ya que por efecto del dolor y la identificación con el fallecido o la destrucción del Templo, la persona deja de arreglarse y cuidarse. Esta prohibición incluye también tanto el planchado como la limpieza en seco.

Asimismo está prohibido lavar ropa para usar una vez pasado el 9 de Av, ya que quien se ocupa del lavado parece distraer su atención del luto por la destrucción. También está prohibido entregar la ropa a un tintorero no judío para poder usarla pasado el ayuno (Shulján Aruj y Ramá 551:3, Mishná Berurá 34).

Así como está prohibido lavar, también está prohibido vestir ropa lavada y esto aplica a toda la indumentaria. Está prohibido colocar en la cama las sábanas que han sido lavadas o extender un mantel lavado sobre la mesa. Asimismo está prohibido comenzar a usar toallas o servilletas lavadas.

Los sefaradim acostumbran a aplicar la prohibición de lavar ropa únicamente en la semana del 9 de Av tal como lo establece la Mishná. Por su parte los ashkenazim se abstienen de lavar desde el inicio del mes de Av. Empero, en honor al Shabat Jazón, el anterior al ayuno, los ashkenazim acostumbran a vestirse con ropa lavada (Gaón de Vilna, Mishná Berurá 551:6).

Dado que la prohibición de vestir ropa lavada se extiende a lo largo de varios días se acostumbra a preparar varias prendas usadas. Así se lleva a cabo: antes de la entrada en vigencia de la restricción se visten varias prendas, cada una por el mínimo de una hora y a partir de ese momento ya no se les considera ropa lavada y se pueden vestir en los días de la restricción. Quien no preparó las prendas con antelación puede tomar una prenda lavada y arrojarla al suelo e incluso pisarla y de esa manera ya no se le considera lavada y puede ser vestida.

En estos días está permitido vestir ropa interior y medias lavadas y cambiar toallas de mano sucias dado que hoy se cambian a menudo y no se considera un placer especial sino desprenderse de algo desagradable. Sin embargo, como no sabemos a ciencia cierta a partir de qué momento la ropa interior usada se torna desagradable y se pueda cambiar, es recomendable arrojar al suelo la ropa interior limpia para que pierda su carácter de lavada y pueda así ser usada.

A quien se le haya manchado la camisa y no pueda presentarse con esta en público y no tiene otra prenda que pueda vestir, se le permite lavar la mancha con agua por el principio de preservación de la dignidad humana. Si la mancha no sale solo con agua podrá también emplearse jabón.

En estos días no se pueden vestir ropas sabáticas, aun cuando no fueron lavadas (en la semana del 9 de Av para los sefaradim y desde el 2 de Av para los ashkenazim). Al concluir el Shabat Jazón se deben de quitar las ropas sabáticas. Sin embargo, en el caso de una circuncisión, el padre, la madre, el circuncidador, el padrino del niño y quienes lo traen a circuncidar pueden vestir ropas de Shabat (Mishná Berurá 551:3).

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