Pninei Halajá

9 – El precepto del encendido.

El precepto es encender y no que las velas estén encendidas y así es que nuestros sabios establecieron la letra de la bendición: «…que nos ordenaste encender la vela de Januca». Por lo tanto si alguien encendió velas que pueden arder por media hora y por error son derribadas y se apagan antes de la media hora, no está obligado a volver a encenderlas pues ya cumplió con el precepto del encendido. Incluso si alguien prendió velas de un material de baja calidad que se sospecha puedan extinguirse antes de tiempo, por cuanto que normalmente arden media hora, cumplió con su deber. Sin embargo, los sabios de las últimas generaciones ordenaron que si las velas se apagan antes de tiempo es bueno volver a encenderlas para que ardan la media hora que dispusieron nuestros sabios (Shulján Aruj 673:2, Mishná Berurá 27).

Si encendió las velas en un sitio en el cual no van a poder mantenerse encendidas por media hora, como es el caso de un lugar ventoso, y efectivamente las encendió y se extinguieron antes de este lapso, se considera que no cumplió con el precepto del encendido, pues a priori, las velas estaban destinadas a arder menos del tiempo reglamentario. Según la mayoría de los juristas, debe volver a encenderlas recitando las bendiciones, aunque en la práctica las ha de volver a encender sin recitarlas pues se trata de un caso de duda y la regla general es que «en caso de duda en el recitado de bendiciones se aplica el criterio más flexible».

Tal como dijimos, el precepto es el encendido de las velas y no el ponerlas en un lugar preestablecido, por lo tanto, en el caso de que una vela esté ardiendo desde antes del horario de encendido en un sitio apto para este, no se cumplió con el deber pues no se encendió para cumplir con el precepto. Incluso si se eleva el candelabro ya encendido, y se lo vuelve a colocar en su sitio con el propósito de cumplir la mitzvá, no ha cumplido con ello, sino más bien deberá apagar y volver a encender con la intención de cumplir y no hay necesidad de alzar el candelabro o moverlo de lugar (Tratado de Shabat 23(A), Shulján Aruj 675:1).

Se deben encender las velas en el sitio correcto, e incluso en el caso de un enfermo que no puede levantarse de la cama no se le permite encender las velas junto a ella para luego trasladarlas a su ubicación final. En un caso así el enfermo podrá recitar las bendiciones y otra persona encenderá las velas en su sitio correcto (Ben Ish Jai, Vaieshev 6). Si dejó el candelabro con las velas cerca de la ventana, pero se olvidó de acercarlas al vidrio previo al encendido, puede acercarlas una vez ardiendo, para que los transeúntes las puedan ver bien.

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