Pninei Halajá

06) Reglas de la bendición por un buen aroma

Quien sufre de catarro o un enfermo que perdió el sentido del olfato (anosmia), dado que no disfruta de un buen aroma – no bendice. Quien duda si percibe o no el aroma o si el perfume expide aún fragancia – que intente oler y en caso de sentir el buen aroma que ponga intención en deleitarse del mismo y recite la bendición correspondiente. Asimismo, quien revisa diferentes perfumes para decidir cuál comprar, mientras se dedica a escoger, dado que su intención no es disfrutar – no habrá de bendecir (Ben Ish Jai Vaetjanán 2, Birkat HaShem III 12:9, ver arriba 9:1).

Quien tomó una especie u objeto aromático y recitó la bendición correspondiente, luego lo dejó y posteriormente quiso nuevamente olerlo, dado que durante la primera bendición no tuvo en mente que habría de volver a olerlo – debe volver a bendecir. Si al bendecir por primera vez tuvo la intención de continuar oliendo mientras se encuentre en la casa, la primera bendición sigue vigente por todo el día. Asimismo, si el aroma se expande por la casa, aunque no tenga la intención de seguir oliéndolo, dado que de todas maneras en la práctica el aroma sigue llegándole no precisa volver a bendecir. En caso de haber salido de su casa por media hora, se trata de una interrupción, al regresar a su hogar y volver a disfrutar del buen aroma – deberá bendecir (Shulján Aruj 217:1, Maguén Abraham 3).

Quien ingresa a un sitio en el cual se huelen diferentes fragancias y disfruta de todas conjuntamente – habrá de recitar «Boré Minei Besamím». En caso de que desee oler cada fragancia por separado, deberá tener la intención de no disfrutar de todas conjuntamente y habrá de dirigirse a cada especie por separado y recitar por cada una la bendición correspondiente.

En caso de haber hablado, interrumpiendo entre la bendición y el oler, se invalidó la bendición recitada y debe volver a bendecir antes de disfrutar de la fragancia.

Quien disfruta del olor a gasolina o pegamento – no bendice, pues no se lo hace sino por aquello que es considerado agradable para la mayoría de las personas.

Una persona que no disfruta de un aroma considerado bueno por la mayoría de las personas – no bendice ya que no se deleita.

No se bendice por un aroma agradable que sale de una pipa, ya que está prohibido fumar porque daña la salud.

Durante Sucot está prohibido oler el “hadas” (mirto) de las cuatro especies ya que fue destinado a cumplir con un precepto – por lo que se prohíbe disfrutar de este (Talmud Babilonio Tratado de Sucá 37(B)). También corresponde no tomar el “etrog” para oler su fragancia ya que se genera la duda de si debe o no bendecir por ello.

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