Pninei Halajá

06 – Jabón líquido o sólido y el uso de toallitas.

Está permitido lavarse las manos con jabón líquido, empero, se acostumbra adoptar una actitud más estricta en el caso del jabón espeso o sólido. Esto obedece a dos razones: la primera, el uso de jabón sólido o espeso se percibe o visualiza como la realización de la labor de «alisar», ya que al emplearlo se suaviza su superficie, mientras que al emplear jabón espeso se lo «unta» sobre las manos y el rostro; la segunda, el uso de jabón se asemeja a la creación de algo nuevo ya que tanto el sólido como el espeso se transforman así en líquidos. Si bien por la base mínima de la ley («Meikar Hadin») la mayoría de los juristas no lo prohíbe, dado que no se tiene la intención de alisar la pastilla de jabón y lo que se desprende con el lavado se asimila al agua y no se ve como algo nuevo; de todas maneras, dado que se asemeja a la acción de «untar» y la de crear algo nuevo («molid«) la mayoría de los judíos acostumbran a ser estrictos y no emplearlos. Quienes actúan de modo más flexible, usando jabón sólido, tienen juristas en los cuales apoyarse.

Un jabón espeso que si se coloca sobre una superficie se expande hacia los costados se lo considera líquido, y según todas las opiniones se puede emplear. En caso de duda respecto de si el jabón es espeso o líquido – se puede optar por la actitud flexible.

Se pueden emplear toallitas húmedas a los efectos de limpiar a un bebé, así como sitios sucios en el cuerpo o lugares diversos como una mesa o piso etc. Hay juristas que son estrictos en esta cuestión y no autorizan su uso pues opinan que el empleo de toallitas implica «escurrir» («Sjitá») ya al querer secar se las presiona y la humedad se escurre hacia afuera de la mismas, lo cual es beneficioso a los efectos de limpiar. Sin embargo, la opinión flexible es la principal, ya que las toallitas se utilizan para limpiar mediante la humedad exterior que estas poseen, sin que medie la intención de «escurrirlas» a los efectos de mojar la superficie sobre la cual se las aplica, pues si se quisiese que la toallita esté muy húmeda se la mojaría  en la canilla o llave del agua. Mientras las toallitas permanecen húmedas no se escurre agua de las mismas y no se trasgrede nada. En caso de que salgan de las toallitas unas gotas de agua – no se trata de una trasgresión ya que no se hizo intencionalmente.

Tal como aprendimos (ver arriba 13:11) en el caso de quien evacuó y no tiene forma de limpiarse sin rasgar o cortar papel higiénico, los sabios le autorizan a trasgredir una prohibición rabínica a los efectos de evitar una situación vergonzante. Siendo así podrá cortar el papel de un modo diferente al habitual, como por ejemplo, tensándolo mediante los codos. Asimismo, en caso de necesidad se permite humedecer el papel higiénico con agua a los efectos de mejorar sus facultades higiénicas, a condición de que no tenga la intención de «escurrir» agua del papel sino únicamente beneficiarse de su humedad superficial.

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