Pninei Halajá

2- Inicio de la redención («atjalta de gueula») y Santificación del Nombre de D´s.

Al establecerse el Estado de Israel llegó a su fin el oprobio del exilio. Generaciones tras generaciones deambulamos por el exilio sufriendo humillaciones terribles, despojos y asesinatos. Fuimos la burla de las naciones y se nos consideraba ovejas destinadas al matadero a las que se podía degollar. Los gentiles nos decían que no teníamos ya esperanza alguna, se trataba de una terrible situación de profanación del Nombre Divino, pues por cuanto que Su Nombre está sobre nosotros, al ser humillados también Su nombre se profana entre las naciones (ver Ezequiel 36).

Los profetas de Israel anunciaron en nombre de D´s: «Por cuanto os tomaré de entre las naciones y os recogeré de todos los países y os traeré a vuestra propia tierra» (Ezequiel 36:24). «Y construirán casas y las habitarán y plantarán viñedos y comerán sus frutos» (Isaías 65:21). «Nuevamente plantarán viñedos sobre las montañas de Samaria. Los labradores plantarán y dispondrán de su fruto» (Jeremías 31:4). «Y la tierra asolada será cultivada en los lugares donde era una desolación a los ojos de los que pasaban por allí. Y dirán: Esta tierra que era desolada se convirtió en el jardín del Edén, y las ciudades desiertas y en ruinas están fortificadas y habitadas» (Ezequiel 36:34-5). «Y haré retornar el cautiverio de Mi pueblo Israel y reconstruirán las ciudades asoladas y las habitarán. Y plantarán viñedos y beberán su vino. Cultivarán también huertos y comerán sus frutos. Y yo los plantaré en su propio suelo y no serán más arrancados de la tierra que les di, dice el Eterno su D´s» (Amós 9:14-5).

Sin embargo, al transcurrir tantos años sin que la promesa de D´s se cumpla, se propagó por el mundo la profanación del Nombre Divino y los enemigos del Pueblo de Israel llegaron a la conclusión de que no había ya posibilidades de que los judíos vuelvan a su terruño. Nuestros sabios de benditas memoria, vieron en el retorno de los exiliados un milagro extraordinario, al punto que sostuvieron que «la reunificación de los exiliados es grande como el día en que se crearon los cielos y la tierra» (Tratado de Pesajim 88(A)). Y he aquí que el milagro ocurrió, la palabra de D´s se cumplió y se transformó en una masiva santificación del Nombre Divino, que fue engrandeciéndose con la Guerra de los Seis Días en la que liberamos a Jerusalém y las otras ciudades santas de Judea y Samaria.

Este proceso de reunión de los exiliados y el reverdecimiento de los páramos de la Tierra de Israel que adquirió gran impulso en días del establecimiento del Estado Judío, es el comienzo de la redención. Tal como lo explicó Rabí Aba (Tratado de Sanhedrín 98(A)): «No tienes un final (del exilio) más revelado que cuando se cumple (lo que anunció Ezequiel 36:8): «pero vosotros, oh montañas de Israel, haced brotar vuestros pimpollos y dad vuestro fruto a Mi pueblo Israel porque están cercanos». Rashi explica que «no hay señal más revelada de que llegó a su fin el exilio que cuando la Tierra de Israel vuelva a dar su fruto en abundancia».

Sin embargo, aún tenemos mucho por corregir y lamentablemente todavía no tuvimos el mérito de retornar en teshuvá completa y reunirnos todos en la Tierra de Israel. Empero nuestros sabios de bendita memoria nos enseñan (Tratado de Sanhedrín 98(A)), que hay un tipo de redención que es «inmediata», mediante el completo retorno a D´s y el cumplimiento de sus preceptos y otro tipo es «en su momento», a través de la evolución de procesos naturales. Esto implica que cuando llegue el momento indicado, aunque el pueblo de Israel no retorne a D´s por completo, se iniciarán procesos naturales que estarán acompañados de enormes problemas y terribles sufrimientos que llevarán al pueblo judío a retornar a su tierra ancestral para reconstruirla y de esa manera la completa redención se acercará paso a paso. Los sufrimientos que acompañarán al proceso de redención natural son denominados «dolores de parto del Mashíaj» y cuanto más nos reforcemos en el cumplimiento del precepto de asentamiento en la Tierra de Israel así como en el retorno a D´s y sus preceptos, más atenuados serán los «dolores de parto» y éstos se nos presentarán bajo formas agradables (según Rabí Eliahu de Vilna en su libro «Kol HaTor»). Respecto de este tipo de redención nuestros sabios dijeron «Así es la redención del pueblo de Israel, poco a poco y cada vez aumentando de más en más» (Talmud Jerosolimitano Tratado de Brajot 1:1).

Según la Torá y los distintos profetas el proceso de la redención se desarrolla de la siguiente manera: en un inicio habrá un retorno menor a D´s y sus preceptos y en virtud de este, el pueblo de Israel se reunirá en su tierra y ésta volverá a dar su fruto, y paso seguido D´s nos insuflará de un espíritu superior que nos llevará al completo retorno.

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