Es preceptivo cesar de toda labor en Yom Kipur, tal como está escrito (Vaikrá 23:32): «Será día de estricto descanso» («Shabat Shabatón») y todo aquel que realiza labores en este día – además de haber incumplido con el precepto positivo de cesar en toda tarea trasgredió un precepto restrictivo, ya que está escrito (ídem 23:28): «Y no haréis labor alguna este día». Por lo tanto en Yom Kipur están prohibidas las mismas treinta y nueve labores vedadas en Shabat, y quien realiza en este día una labor intencionalmente – tiene pena de «Caret»[1] y quien lo hace sin intención o negligentemente debe ofrendar un sacrificio de «Jatát» en el Templo de Jerusalém. Hay sólo una diferencia entre Yom Kipur y Shabat, y es que quien realiza una labor prohibida el séptimo día bajo advertencia de dos testigos tiene pena de muerte por lapidación mientras que quien lo hace en Kipur merece la pena de «Caret» («desconexión»), tal como está escrito (ídem 23:30): «y toda persona que hiciere cualquier trabajo –en el término de este día-, haré perder el alma aquella del seno de su pueblo» (Rambám Hiljot Shvitat Heasor 1:1-2, Shulján Aruj 611:2).
Al igual que en Shabat, el precepto de descansar o cesar requiere que no hagamos de Yom Kipur un día común y corriente. Esto es, además de la prohibición de realizar labores, es también preceptivo cesar en la realización de esfuerzos, o sea, no se deben abrir las tiendas o cargar cosas necesarias para el siguiente día hábil. Si bien quien hace estas cosas no trasgrede ninguna de las treinta y nueve labores prohibidas, deja sin efecto el precepto de descansar o cesar en Yom Kipur, tal como está escrito (ídem 23:32): «Será día de estricto descanso», por lo tanto, es preceptivo cuidar el carácter sagrado del día de modo tal que la forma de caminar o hablar difiera de la de todos los días (ver Pninei Halajá Shabat 22:1). Esta es la regla: todas las normas de Shabat se aplican en Yom Kipur, además, en este último se adicionó el precepto de la aflicción, por lo que la separación de las cuestiones mundanas es más marcada.
- a) La persona puede ver su vida truncada y morir antes de alcanzar la vejez, pero la muerte alcanza en este caso sólo a su cuerpo físico y no a su alma, que podrá gozar de la quietud del mundo venidero. En ese caso el » כרת «, «caret» ha afectado al aspecto físico de la persona.
- b) EI »כרת» «caret» pudo afectar especialmente el alma del infractor que no gozará de la quietud del mundo venidero. Estas personas no sufren durante su vida castigo físico alguno, llegando incluso hasta la vejez y la ancianidad.
- c) La tercera categoría es la de aquellas personas que incurren en relación incestuosa, pues aquellos sufren del «»כרת «caret» más absoluto, que afecta a su cuerpo y a su alma. De esto resulta que algunos exégetas encuentran en este versículo la base misma de la vida espiritual que el judaísmo ofrece a sus adeptos. (nota de editor basada en el comentario del Rab. M. Edery Z”L al Jumash Vaikrá)