Pninei Halajá

07) ¿Qué cambio de ubicación requiere volver a recitar la bendición?

Tal como estudiamos, quien bendice por un alimento, mientras tenga intención de continuar ingiriéndolo, puede seguir haciéndolo sobre la base de la bendición ya recitada aunque haya interrumpido por todo un día. Empero si cambió su ubicación se genera una gran interrogante: ¿debe o no recitar la bendición nuevamente en su nueva ubicación? En esta norma existen diferencias entre los diferentes tipos de alimentos.

Respecto de alimentos por los que se recitan las bendiciones finales de «Birkat Hamazón» o «Me´ein Shalosh», dado que se trata de alimentos importantes – existe la duda de si el cambio de ubicación deja sin efecto la bendición inicial. Por lo tanto, a priori, quien esté interesado en continuar comiendo de estos – que no cambie de ubicación y, en caso de haberlo hecho – es mejor que no continúe comiendo. Empero si insiste en continuar comiendo – que no recite nuevamente la bendición inicial, pues en caso de duda respecto del recitado de bendiciones se adopta la opinión más flexible (respecto del cambio de ubicación se explicará más adelante respecto del segundo tipo de alimentos).

Sin embargo, en el caso de los alimentos por los cuales se recita la bendición final de «Boré Nefashot Rabot», todos los juristas coinciden en que si la persona cambió su ubicación quedó sin efecto la bendición inicial recitada y en caso de querer continuar comiendo deberá volver a recitarla. Dado que en esta norma no existe duda alguna, toda persona que necesite cambiar de ubicación puede hacerlo y recitar nuevamente la bendición inicial en su nuevo sitio. Empero es necesario aclarar qué tipo de cambio de ubicación implica la necesidad de volver a bendecir.

Quien come en una de las habitaciones de su casa y quiere pasar a otra, en caso de haber planificado a priori hacerlo o si se trata de una habitación a la que la persona acostumbra pasarse durante la comida – puede a priori pasarse sin necesidad de volver a bendecir, porque en este caso no se trata de un cambio de ubicación. Pero si se pasa a una habitación en la que no suele comer o a la que no suele trasladarse mientras come o bebe, a priori no habrá de moverse a esta, y si lo hizo – dado que está dentro de su casa no precisa volver a bendecir (Beur Halajá 178:1, ‘בבית אחד’).

Asimismo, en el caso de la caja de las escaleras o el balcón de la casa, a priori no se habrá de ir hacia allí en medio de la comida o de la bebida, y en caso de haberlo hecho – puede continuar ingiriendo sin volver a bendecir.

Si salió a su patio, a la calle o a otra casa, dado que modificó su ubicación – en caso de desear seguir comiendo deberá volver a bendecir. Si durante todo el tiempo de su ausencia del lugar original donde comenzó a comer puede ver dicho sitio – a posteriori no habrá de volver a bendecir. Empero si existe un dominio público («Reshut Harabim») que separa a las dos ubicaciones – deberá volver a bendecir para continuar comiendo (Mishná Berurá 178:12).

Si cuando salió, su compañero de ingesta permaneció en el sitio inicial donde comieron o bebieron, este preserva el vínculo al sitio de la comida y a la bendición inicial por lo que al retornar podrá comer o beber sin necesidad de volver a bendecir. En caso de necesidad, se puede actuar de esta manera a priori (Shulján Aruj 178:2).

Quien comió fuera de su casa, mientras vea el sitio donde comenzó a comer se considera que no cambió de ubicación. En el caso de un viajante que durante su andar bendijo por comida o bebida, el cambio de ubicación no se considera interrupción, pues su sitio es todo el camino (Shulján Aruj 178:4, Mishná Berurá 42).

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