Pninei Halajá

14. Hasta cuándo mantenerse de pie en el sitio al cual se retrocedió.

Una vez que el orante retrocedió tres pasos se mantendrá de pie en esa posición y no volverá de inmediato a su lugar de rezo. Si volvió de inmediato se asemeja al perro que vuelve al sitio de su vómito (Talmud Babilonio Tratado de Iomá 53(A)). Esto se debe a que si al terminar de rezar vuelve y permanece  inactivo en el sitio donde rezaba, significa que no entendió que hasta hace unos instantes estaba parado ante el Rey y que con los pasos hacia atrás se separó o despidió de Él. Hay quienes, en el error, además de volver de inmediato al sitio donde rezaban, se elevan un poco como durante la Kedushá, careciendo esta conducta de todo sentido.

A priori, hay que quedarse en el sitio al que se retrocedió hasta que el oficiante, en la repetición, llegue a la Kedushá o por lo menos hasta que este comience la repetición de la Amidá (Shulján Aruj 123:2). Según la opinión mayoritaria de los juristas no es necesario mantenerse con los pies juntos una vez que se termina de recitar «Osé Shalom» (Mishná Berurá 123:6, Beur Halajá y Shaar Hatziún allí). Hay otros juristas que consideran que es bueno quedarse con los pies juntos hasta que se vuelva a avanzar al sitio original de rezo (Kitzur Shulján Aruj 18:13, en Kaf HaJaím 123:11 se mencionan las dos opiniones).

También para el caso de quien reza solo, es bueno que no retorne de inmediato al sitio de rezo, sino que espere en el lugar al cual retrocedió el tiempo que le llevaría al oficiante llegar a la Kedushá en la repetición, unos  treinta segundos aproximadamente. En caso de premura, que el orante espere el tiempo que demora andar cuatro codos y luego que retorne a su sitio inicial (Mishná Berurá 123:11, Kaf HaJaím 20). En el caso del  oficiante que tiene que comenzar la repetición de la Amidá, puede a priori esperar en el sitio al cual retrocedió únicamente el tiempo que lleva andar cuatro codos y acto seguido retornar a su sitio original para poder comenzar (Ramá 123:2). Asimismo, quien precisa rezar dos veces para completar un rezo anterior perdido, es decir, que olvidó de rezar o tuvo un impedimento en hacerlo («Tashlumim«) habrá de esperar el tiempo que demora andar cuatro codos y podrá volver a rezar (Mishná Berurá 123:11).

Al finalizar la repetición del oficiante, este no precisa retroceder tres pasos pues la conclusión de su rezo es con el Kadish Titkabal que recita acto seguido, en el cual pide a D´s que las plegarias hayan sido aceptadas. Al concluir este Kadish, debe recitar el versículo «Osé Shalom» mientras retrocede tres pasos (Shulján Aruj 123:5). Si bien en el servicio de Shajarit antes del Kadish Titkabal se recitan el Tajanún, Ashrei y Ubá Letzión, los lunes y los jueves se lee la Torá, la despedida o conclusión de la repetición del oficiante tiene lugar con el Kadish Titkabal posterior a Ubá Letzión. Por lo  tanto el oficiante debe tener cuidado en no hablar entre el final de la repetición de la Amidá y este Kadish (Mishná Berurá 123:18).

 

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