Pninei Halajá

10 – El precepto del banquete

El precepto de alegrarse en Purim es muy particular y excede en importancia al precepto de alegrarse en los demás días festivos, pues en el caso de Sucot, Pesaj y Shavuot, la Torá nos ordena (Deuteronomio 16:14): «te alegrarás en tu fiesta» y dado que en la práctica, la mayoría de las personas se alegran al beber vino, es preceptivo en todas las fiestas beberlo, empero en Purim existe el precepto especial de beber en abundancia (Shulján Aruj Oraj Jaím 529:1-3). Más aún, la esencia de los días de Purim es ser «días de banquete y alegría» (Libro de Esther 9:22), por lo que nuestros sabios dijeron (Tratado de Meguilá 7(B)): «Debe una persona embriagarse en Purim hasta no poder diferenciar entre ‘maldito Hamán y bendito Mordejai’».

Empero, respecto del precepto de ingerir bebidas alcohólicas, se formularon diferentes opiniones y se las puede dividir en dos ideas diferenciadas. Hay quienes interpretan las palabras de nuestros sabios en su sentido literal, por lo que una persona debe embriagarse hasta que realmente no logre diferenciar entre Hamán y Mordejai (Rabí Itzjak Alfasi, Rosh), al punto que todo le parezca bueno y para bien, ya que la naturaleza del borracho es la de no poder entrar en detalles y diferencias. El problema con esta visión, es que por efecto del alcohol, un individuo puede llegar a cometer trasgresiones o actos desagradables, por lo que es importante abstenerse de llegar al grado de embriaguez absoluta. Por lo tanto tienen la opción más moderada, de beber hasta que les dé sueño, y al dormirse, en su sueño no diferenciará a Hamán de Mordejai.

Por otra parte, están los que opinan que el precepto es beber más que lo habitual, hasta llegar a la embriaguez pero no a la borrachera, estado que lo exponga a conducirse de manera impropia. Esto se debe al hecho que en la práctica, la  Halajá no acepta la idea de que una persona deba beber «hasta no diferenciar» (Rabí Efraim), o la aceptan pero la interpretan como un grado de embriaguez en el cual la persona ya no pueda ser del todo cuidadosa o detallista en lo que dice, de manera tal que si debe repetir varias veces la fórmula «maldito Hamán y bendito Mordejai», se confundirá algunas de las veces (Tosafot y Ran).

En la práctica cada persona debe escoger la manera que le permita beber y alegrarse en pos del cumplimiento del precepto. Dado que las personas son diferentes entre sí, existen ideas diferentes respecto de cómo cumplir con el banquete y alegrarse.

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