Todos los materiales son aptos para la construcción de las paredes de la sucá, a condición de que resistan un viento común. Y no es necesario que las paredes sean tupidas o herméticas para proteger del sol o el viento, por lo que se permite el uso de paredes de plástico, de vidrio o un alambrado (Shulján Aruj 630:1). Las paredes de piedra son también aptas para una sucá, por cuanto que únicamente el techo debe ser de carácter temporario, al tiempo que las paredes pueden ser de construcción permanente. En muchos sitios se acostumbró a levantar el techo de una de las habitaciones de la casa previo al inicio de la festividad de Sucot y en su lugar colocar un sjaj apto, y este es un tipo de sucá en el cual es agradable pernoctar incluso durante los días fríos.
A priori, es bueno construir una sucá bonita, con cuatro paredes enteras, y hacerle una entrada que sea posible cerrarla, para que sea cómoda y esté a salvo del sol y del viento (ver Ramá 630:5). Sin embargo, desde el principio de la ley, por cuanto que la sucá es una residencia temporaria, no resulta obligatorio que posea cuatro paredes, alcanzando solamente con tres. No es necesario que la tercera pared esté completa. Según la base de la norma alcanza que su ancho sea de un palmo, y nuestros sabios dijeron que ese palmo de pared debía colocarse a no más de tres palmos de la segunda pared, y a modo de continuación de ese palmo debe realizarse una forma de puerta (Tzurat HaPetaj)[2] . Dado que esta normativa es de carácter complejo, es oportuno aconsejar a quien desee ahorrarse paredes en la sucá, que erija dos completas y a modo de tercera que haga una de siete palmos de ancho (unos 56 cm.). Así, de cualquier modo, aunque se trate de una sucá de grandes dimensiones, y aunque las dos paredes completas no estén conectadas una con la otra sino erigidas una frente a la otra, dado que a modo de tercera pared hay un tabique de siete palmos de ancho, la sucá resultará apta (Ramá 630:3).