Pninei Halajá

12- La intención necesaria a la hora de erigir una sucá

Es preceptivo dedicarse a la preparación de la sucá, y en opinión de los sabios del Talmud Jerosolimitano es incluso necesario recitar una bendición por su construcción: “que nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó hacer una sucá” (Talmud Jerosolimitano Tratado de Berajot 9:3, Tratado de Sucá 1:2). Sin embargo, en la práctica, se sentenció en el Talmud Babilonio que se bendice por el precepto al momento de cumplirlo, esto es, al habitar la sucá (Tratado de Menajot 4(A), Shulján Aruj 641:1).

De todas maneras, resulta claro que el momento de erigir la sucá implica también un aspecto del cumplimiento del precepto. Y tanto los piadosos como las personas diligentes en el cumplimiento de los preceptos se apresuran a comenzar la labor de la construcción de la sucá al concluir Yom Kipur, para pasar de un precepto a otro, procurando finalizarla hasta el día siguiente, ya que cuando un precepto se presenta ante una persona, esta debe ser muy cuidadosa de no desaprovecharlo (Maharil, Ramá 624:5, 625:1).

Según la opinión de la Escuela de Shamai es preciso erigir la sucá con la intención de cumplir por su intermedio con el precepto festivo, tal como fue dicho (Devarim-Deuteronomio 16:13): “La fiesta de las Cabañas habrás de hacer durante siete días”, y si no se tuvo esa intención la sucá no será apta. Sin embargo, la halajá final es según la Escuela de Hilel y según esta opinión no es necesario que la sucá haya sido construida para el precepto festivo, y aunque haya sido levantada para brindar sombra, es apta. Una sucá levantada por pastores o cuidadores para protegerse del sol es válida. Asimismo, una sucá erigida por un gentil para disfrutar de su sombra también es apta (Tratado de Sucá 8(A) y (B), Shulján aruj 635:1). Sin embargo, nuestros sabios dijeron que, si la sucá no fue construida en aras de cumplir los preceptos festivos, a priori, es necesario renovar en ella algo de cara a la festividad de Sucot, por ejemplo, agregando un palmo por un palmo de sjaj o una caña fina todo a lo largo de la sucá (Talmud Jerosolimitano, Mishná Berurá 636:4). La misma normativa recae sobre una sucá vieja, esto es, una que quedó en pie desde el año pasado. Desde el punto de vista de la Halajá es apta, pero como fue levantada para la festividad del año anterior no se la considera como una sucá erigida para la festividad del presente año, y por ello a priori es necesario agregar un palmo por un palmo de sjaj o una caña fina a lo largo de toda la sucá (Shulján Aruj 636:1, Mishná Berurá 7).

Si se erigió la sucá para ocultar en ella diferentes objetos, no será apta, por cuanto que su objetivo no fue el generar sombra. Otro tanto ocurre cuando alguien levanta una sucá para que esta sea su residencia permanente. En un caso así, aunque el sjaj esté hecho de ramas válidas para techar, la sucá no será apta por no tratarse de una vivienda temporaria. En caso de que se desee validar este tipo de sucá se deberá retirar todo el sjaj que la cubra y volver a colocarlo en aras del cumplimiento del precepto de la sucá.

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