Pninei Halajá

06) No provocar desagrado al prójimo

Cuando una acción repulsiva tiene lugar delante de otras personas, el hecho adquiere especial gravedad, pues además de denigrar y abominar a quien lo realiza provoca malestar entre sus amigos, generando entre ellos una sensación repugnante. En este caso trasgrede la prohibición que reza: «Y no habréis de afligir hombre a su prójimo» (Vaikrá-Levítico 25:17), y de esa manera deja sin efecto el precepto positivo de «amarás a tu prójimo como a ti mismo» (ídem 19:18).

Hay actos que cuando la persona los realiza a solas no son condenables, empero delante de otras personas se consideran repulsivos y por ende están prohibidos en virtud del precepto de «no abominéis» y de la generalidad de los preceptos del hombre para con su prójimo, por ejemplo, escarbar en la nariz o estallar granos de acné en el rostro. Asimismo, nuestros sabios opinaron (Talmud Babilonio Tratado de Jaguigá 5(A)) sobre el versículo que reza «D´s habrá de enjuiciar todas las acciones incluidas las ocultas. Dijo Rav: se refiere a quien mató un piojo delante de su compañero y le desagradó». Shmuel dijo: se refiere a quien escupió delante de su compañero y lo desagradó. Esto aplica principalmente a la hora de comer que es cuando se debe ser más cuidadoso. Asimismo, se debe evitar hablar cosas desagradables que quitan el apetito y provocan nauseas entre los comensales.

No se debe morder de un alimento y al percibir que no es sabroso retirarlo de la boca y colocarlo sobre la mesa, ya que esto puede asquear a alguno de los comensales (Shulján Aruj 170:10). Asimismo, no se debe recoger migajas del suelo que se estropearon o tornaron desagradables y colocarlas sobre la mesa pues quienes las ven se inquietan ya que temen que alguien las ingiera. De igual forma, quien comenzó a mordisquear una rebanada, no ha de regresarla a la panera ni dársela a un amigo, pues a muchas personas esto les puede desagradar (Shulján Aruj 170:15, Mishná Berurá 36). Por lo tanto, quien no tiene la intención de comer una rebanada completa que corte la cantidad que desea ingerir y deje el resto en la panera.

Además, quien comenzó a beber de su vaso no habrá de pasárselo a otro comensal para que este también beba del mismo ya que a este último le puede provocar rechazo o malestar. Además, pasarse alimento o bebidas de una boca a la otra puede contagiar enfermedades (ver Shulján Aruj 170:16, Mishná Berurá 37). Sin embargo, si al segundo comensal estas prácticas no le producen rechazo puede beber del vaso de su compañero y puede también ingerir los restos de su comida, siendo esta la práctica habitual en el seno de la familia.

Hay prácticas que en el pasado eran aceptadas y hoy se consideran mala educación, por lo que se debe actuar de acuerdo con lo que se acostumbra en el momento. Por ejemplo, en el pasado se acostumbraba comer con las manos y hoy se lo hace por medio de cubiertos, entonces, quien come con las manos trasgrede una prohibición ya que provoca malestar entre sus compañeros y se denigra a sí mismo ante sus ojos. Asimismo, en el pasado se acostumbraba salivar sobre el suelo de la casa delante de otras personas (ver Talmud Babilonio Tratado de Berajot 63(A)). Nuestros sabios dijeron que quien huele un alimento que le apetece de sobremanera y no puede servirse del mismo, que escupa sobre el piso de la casa la saliva acumulada pues en su defecto corre riesgo de vida (ídem Ketuvot 61(B)). En la actualidad no se actúa de esa forma pues no se considera que esa saliva acumulada sea peligrosa y además es de mala educación salivar en el suelo de una casa delante de otras personas.

Hay prácticas que se consideran educadas en el seno de una sociedad y a ojos de otras personas son repulsivas, por lo que cada persona debe conocer las diferentes costumbres para poder actuar de un modo sensible y considerado y no provocar malestar a quienes detentan diferentes costumbres. Por ejemplo, hay quienes acostumbran sumergir un trozo de pan en el plato central de jumus ubicado sobre la mesa y a determinadas personas esto les desagrada. Allí donde todos los comensales acostumbran hacerlo ello no estará prohibido. Empero de haber una persona a la que le desagrada, los demás deben abstenerse de esta práctica.

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