Pninei Halajá

07) Modales en la mesa

Cuando varias personas están sentadas a la mesa, cada uno de los comensales deberá servirse una parte equitativa del contenido de la bandeja central, y aunque el compañero que se sirvió con anterioridad haya tomado para sí una cantidad pequeña, de igual manera quien le sigue debe servirse una porción equitativa pues quizás luego el primer comensal desee servirse más. Solamente si se ve que el compañero no está interesado en continuar comiendo se le podrá pedir permiso para tomar el sobrante (ver Shulján Aruj 170:2).

Cuando entre los comensales se encuentra una persona mayor o el padre de la familia – se habrá de esperar hasta que este se sirva en primer lugar y recién después los demás tomarán para sí su porción (Shulján Aruj 170:12).

No corresponde observar de un modo muy directo a una persona mientras come para que no se avergüence. Muy especialmente, el anfitrión no debe  observar a los huéspedes al rostro cuando estos comen o se sirven (ídem 170:4). Asimismo, no se debe fotografiar a una persona mientras come sin su previo consentimiento.

No se debe llenar excesivamente la boca con alimentos de una sola vez pues así proceden los glotones. De igual manera, no se debe beber una copa entera de vino u otra bebida alcohólica de un solo sorbo (Shulján Aruj 170:7-8, Mishná Berurá 22). No se debe comer apresuradamente ni mordisquear bocados ruidosamente, sino que se debe comer moderadamente con la boca cerrada. Además, es menester prestar atención que no se manchen o ensucien ni las manos, ni la ropa ni la barba (Ben Ish Jai BaHar 8-9).

Los jerosolimitanos criteriosos («Nekiei Hadaat Shebirushalaim») de antaño no asistían a una comida si no sabían previamente junto a quién se habrían de sentar (Talmud Babilonio Tratado de Sanhedrín 23(A), Shulján Aruj 170:20), ya que resulta denigrante para un erudito de la Torá sentarse a la mesa junto a personas de conducta grosera, especialmente si en la misma se sirven vino u otras bebidas alcohólicas las cuales sinceran a las personas y llevan a un acercamiento de  los comensales entre sí. Hay quienes toman una actitud más flexible si se trata de una comida que celebra el cumplimiento de un precepto («Seudat Mitzvá»), pues el mérito de la mitzvá favorece una actitud medida y educada alrededor de la mesa. En caso de saberse con certeza que los comensales no habrán de conducirse respetuosamente no se debe beber alcohol o vino en su compañía, ni siquiera en una comida que celebra el cumplimiento de un precepto. Cuando se trata de un erudito notorio y se sabe que las personas en su cercanía se esfuerzan en comportarse dignamente, si bien en otras situaciones o lugares los comensales actúan groseramente, el erudito podrá comer y beber con ellos en una celebración por el cumplimiento de un precepto pues de ese modo acerca a las personas a la Torá y sus mandamientos (ver Beur Halajá allí).

Quien tiene hijos pequeños que participan de la comida, debe permanecer atento que no introduzcan sus manos en la bandeja principal y de esa forma tornen los alimentos en desagradables para los demás comensales. Asimismo, habrá de cuidar que no se ensucien en demasía y que sus narices estén siempre limpias. En caso de estar presente un huésped o invitado, no habrán de sentarlo junto a los niños pequeños a menos que pida hacerlo ya que estos suelen ensuciarse (Sefer Jasidim 829, Kaf HaJaím 170:78).

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