Pninei Halajá

06. Dos niveles en el cumplimiento del precepto rabínico

Tal como vimos, la Torá estableció como precepto el deber de engendrar un hijo y una hija al tiempo que los sabios dispusieron que se deba tener más hijos. Podría suponerse que el precepto rabínico carece de límite y que cada quien debe procurar tener la mayor cantidad posible de progenie. Sin embargo, nos parece que existen dos niveles en el cumplimiento de lo dispuesto por los sabios: un primer nivel que es el deber idéntico para todos de tener al menos cuatro o cinco hijos. El segundo nivel implica el deber de tener más hijos, cada pareja conforme a sus fuerzas.

De acuerdo a esto, en el caso de una pareja que no sufre de problemas de salud ni físicos ni síquicos, deben cumplir con el mandato rabínico y tener cuatro o cinco hijos. Tras esto deben evaluar sus fuerzas y decidir si pueden continuar cumpliendo con el gran precepto de traer más hijos al mundo. Por ejemplo, si esta pareja sabe que podrá criar más hijos y educarlos en la senda de la Torá, los preceptos y la buena conducta, será preceptivo que continúen engendrando lo más posible. Empero, si saben que en virtud de los niños suplementarios se enfrentarán a un yugo demasiado pesado por lo que sus vidas se tornarían tensas y sus ánimos irascibles, es razonable que decidan no engendrar más niños, pues si bien con cada nueva criatura cumplen un precepto, al estar mal síquicamente cometerán trasgresiones lo cual podría influenciar negativamente en la crianza de los pequeños. Esto y más, aquellas personas que desean dedicar energías en otros aspectos valiosos de la vida de modo tal que no les quedarán energías para criar más hijos pueden abstenerse de hacerlo, tal como se explicará posteriormente en la halajá 16 (los métodos anticonceptivos apropiados serán explicados en las halajot 17 – 19 y la necesidad de consultar una autoridad rabínica en la 20).

El fundamento de esta división por niveles radica en que en varias ocasiones los sabios fijaron sus preceptos de modo similar a los de la Torá, y dado que esta preceptúa engendrar dos hijos se puede inferir que el mandato rabínico consiste en engendrar dos más. Incluso se puede llegar a decir que el deber es procrear dos hijos y dos hijas, por lo que en la mayoría de los casos resultará necesario traer al mundo cinco hijos. Asimismo, vemos que en la mayoría de las familias religiosas es común intentar tener como mínimo unos cuatro o cinco hijos.

Si bien la pareja cumple con un gran precepto de la Torá con cada vástago que trae al mundo, el deber tiene tres niveles de cumplimiento: a) Es deber de la Torá engendrar un hijo y una hija y aunque las circunstancias resulten difíciles se deberá realizar el esfuerzo necesario (adelante halajot 13-15, capítulo 6 halajot 1-4); b) Es preceptivo rabínicamente esforzarse en engendrar cuatro o cinco hijos; c) Es preceptivo tener más hijos conforme al vigor de los padres (como se explicará adelante en las halajot 16-20).

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