Pninei Halajá

31. El tiempo de la ingestión de la matzá, el maror y el afikomán

El tiempo de ingestión de la matzá y el maror es hasta la medianoche, incluyendo el afikomán. Quien no alcanzó a ingerir la matzá y el maror hasta ese momento, podrá hacerlo después, pero sin recitar las bendiciones correspondientes.

El fundamento de esto se remonta a una discusión entre tanaítas. Según Rabí Elazar ben Azariá el tiempo de ingestión del sacrificio de Pesaj es únicamente hasta la medianoche, pues fue entonces que los primogénitos egipcios fueron alcanzados por la décima plaga y hubo premura en enviar a los judíos fuera del país. Según Rabí Akiva se puede comer del cordero de Pesaj durante toda la noche hasta despuntar el alba, pues fue entonces que los judíos se apresuraron a salir de Egipto (Talmud Babilonio Tratado de Pesajim 120(B)).

Desde el punto de vista espiritual debe decirse que mediante la ofrenda del sacrificio de Pesaj y su ingestión se reveló la singularidad del pueblo de Israel, y por ello se trató de un preparativo para la redención. Por esa razón, año tras año, comemos la carne del sacrificio de Pesaj hasta el horario en que se inició la redención. La pregunta es a qué etapa de la redención nos referimos. Según Rabí Elazar ben Azariá la redención comenzó a la medianoche cuando los primogénitos egipcios fueron afectados por la décima plaga, entonces se quebró el poder de Egipto y ya no pudieron subyugarnos. Por ello el sacrificio de Pesaj se ingiere hasta medianoche. Empero, según Rabí Akiva la redención completa no llegó sino hasta la mañana cuando salimos hacia la libertad, por lo tanto, toda la noche es un preparativo para la redención y por ende se puede comer la carne del sacrificio de Pesaj durante toda la noche.

Volviendo a la halajá, el tiempo de ingestión del sacrificio de Pesaj determina también el de la matzá y el maror pues estos dos se ingerían conjuntamente con el cordero ofrendado, tal cual está escrito (Bamidbar-Números 9:11): «con panes ácimos y hierbas amargas habrán de comerlo», y por ende el tiempo de ingestión de la matzá es idéntico al de la ingestión del sacrificio pascual. También el afikomán, que es un recordatorio del sacrificio de Pesaj, debe ser ingerido en un tiempo en el cual la ingestión del cordero sea permitida. Los grandes eruditos medievales debatieron respecto de cuál de las dos opiniones debía definir la halajá. Rambám y el Ba´al HaYitur consideran que la halajá es según la opinión de Rabí Akiva ya que la regla general indica que en caso de discusión entre Rabí Akiva y sus compañeros – la halajá se sentencia según la opinión del primero. Por lo tanto, se puede comer el cordero de Pesaj durante toda la noche y se pueden también comer la matzá, el maror y el afikomán durante todo ese lapso. Por otra parte, según la opinión de Rabenu Jananel y el Rosh, la halajá es de acuerdo con la postura de Rabí Elazar ben Azariá pues en varias mishnaiot figura que el tiempo para comer el sacrificio de Pesaj es hasta la medianoche. Dado que en esas mishnaiot no se menciona una opinión discordante, se entiende que este tema lo definió Rabí Iehudá Hanasí, el compilador de la Mishná, estableciendo que el tiempo para ingerir el sacrificio de Pesaj, la matzá y el maror es hasta la medianoche.

Dado que se trata de un tema con divergencias, se debe ingerir un «kezait» de matzá antes de la medianoche ya que según quienes opinan que el tiempo de ingestión del Korban Pesaj es hasta esa hora quien lo hace pasada la misma se pierde de cumplir con el precepto de la Torá de comer matzá. Asimismo, el maror debe ser ingerido antes de medianoche, y aún siendo que después de la destrucción del Templo su ingestión es un deber únicamente rabínico, podría suponerse que corresponde adoptar una actitud flexible; sin embargo, dado que antes de ingerirlo se recita la bendición «al ajilat maror», esto debe hacerse en un horario acorde a todas las opiniones. En el caso de quien por causas de fuerza mayor se vio privado de comer matzá y maror antes de la medianoche, que lo haga pasada esa hora para cumplir, por lo menos, con el precepto conforme a la opinión de Rabí Akiva. Sin embargo, en este caso se abstendrá de recitar las bendiciones de «al ajilat matzá» y «al ajilat maror», para no entrar en la duda de si recitó o no una bendición en vano, ya que de acuerdo con quienes coinciden con Rabí Elazar ben Azariá, en un caso así ya se perdió de cumplir el precepto y por ende tiene prohibido recitar la bendición (Mishná Berurá 477:6, Kaf HaJaím 10).

Lo mismo ocurre con el afikomán que se ingiere al final de la comida festiva, a priori es menester tener el cuidado de comerlo antes de medianoche para cumplir así con el precepto conforme a todas las opiniones (Shulján Aruj 477:1). Lo mismo ocurre respecto del Halel, a priori debe alcanzar recitarlo antes de la medianoche por ser parte de la Hagadá la cual debe ser leída cuando aún es permitido ingerir matzá (Ramá allí).

Hubo eruditos que acostumbraron, a priori, comer el afikomán pasada la medianoche, ya que por cuanto que su ingesta fue ordenada rabínicamente es posible respaldarse en la opinión que entiende que se puede comer pasada esa hora. Sin embargo, respecto de la ingestión de un «kezait» de matzá, que es un precepto de la Torá, y el maror sobre el cual se recita una bendición, no es posible adoptar una actitud flexible y deben ser ingeridos antes de la media noche.

16. La noche del Seder
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